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La distinción de la Guía Michelin es un sello indiscutible de calidad y creatividad para los profesionales de la cocina, pero, sobre todo, es una garantía para el gran público que viaja por todo el mundo. La provincia de Sevilla tiene la suerte de contar con más de una decena de restaurantes recomendados por la emblemática guía de viajes. La capital andaluza se distingue por su buena mesa y sus grandes propuestas en el campo de la alta cocina. Hoy hacemos una selección de los mejores restaurantes con estrella Michelin de Sevilla, un recorrido para quienes consideran la experiencia gastronómica como un importante valor añadido en sus vacaciones.
Muy cerca de las famosas setas sevillanas se encuentra este restaurante, regentado por los hermanos Guardiola, que recientemente ha sido galardonado con una estrella Michelin. Es un auténtico placer para los sentidos. Es un viaje gastronómico a través de la combinación de sabores y matices con los mejores pescados andaluces. Minimalismo, sencillez y buen gusto por doquier. Eso sí, hay que preparar la cartera, el pescado y la cocina gourmet hay que pagarlos; entre 60 euros (la cena más barata) y 300-400 euros por comensal.
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Con más de 60 años de trayectoria gastronómica, comenzó su andadura como bodega y bar hasta convertirse en un restaurante que apuesta por la comida de la tierra, con recetas antiguas pero nunca faltas de sabor y con aprecio por la repostería casera.
Gambas de Huelva, revuelto de chorizo, Ostras Gallegas, rollitos de la casa y Tartar de salmón son algunos de los platos preferidos por sus clientes y en los que no faltan el jamón, la ternera y, por supuesto, las auténticas tapas españolas.
Está situado en la calle Alcalde José de la Bandera. Es un restaurante vanguardista que destaca por su carta de cocina andaluza pero con sello propio que le ha valido premios internacionales entre ellos una estrella Michelin.
El menú degustación es uno de sus principales atractivos en el que se invita a los comensales a descubrir olores, texturas y sabores con creativas combinaciones en 2 aperitivos y 7 de sus platos más representativos, que se pueden acompañar con una más que generosa carta de vinos.
La calle Zaragoza es el punto de encuentro para visitar la Casa Palacio del siglo XIX con elegantes salones distribuidos alrededor del clásico patio andaluz. Es un referente de la gastronomía sevillana en el que se preparan los mejores ingredientes de la temporada con la combinación de tradición y continuos toques de innovación.
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Comer es un placer. Todo el mundo lo sabe. Pero hoy en día la comida no es sólo cuestión de sabor. La presentación de los platos, el ambiente del bar, los espectáculos de música en directo que se ofrecen para acompañar la velada o el propio servicio se han convertido en elementos imprescindibles a la hora de decidirse por un restaurante u otro. El ingrediente principal, la gente con la que vayas, es lo que cuenta.
Sevilla es una de las primeras ciudades del mundo que ha sido reconocida como destino turístico seguro por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (CMVT). Esto la ha convertido en un destino ideal para viajar y en el lugar perfecto para degustar la mejor dieta mediterránea.
Es el único restaurante de Sevilla galardonado con una Estrella Michelin, que mantienen desde 2009. Además, han recibido otros galardones por su labor, como el de ‘Mejor Cocinero Andaluz’, dos ‘Soles’ de la Guía Repsol o el reconocimiento en la lista de los 200 mejores restaurantes europeos por la OAD (Opinionated About Dining). Con una oferta única e imaginativa, los menús degustación combinan una explosión de sabores y texturas que no dejan indiferente a nadie. Delicias convertidas en pastas, emulsiones, espumas o gelatinas que acompañan al plato principal. Entre las especialidades destacan los carabineros al vapor sobre arroz de verduras y ali oli.
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Confieso que he escrito bastantes artículos sobre comida, vino y viajes. A menudo lo he hecho en previsión de que la gente fuera a París, Nueva York o el sur de Francia y me pidiera recomendaciones. A menudo se escribían en respuesta a una publicación que me pedía mi top de lo que fuera. Me di cuenta de que hacía años que no compartía ninguno, y de que los consejos de un crítico cuyos gustos y estilo de vida conoces tienen su valor. Y, a veces, incluso el placer indirecto de compartir una experiencia gastronómica ajena. En mi caso, soy algo cohibida y reacia a compartir mis oportunidades especiales, pero sin embargo disfruto compartiendo consejos e inspiración con amigos y contando algunas anécdotas.
Por suerte, el año pasado viví o viajé a lugares que me encantan. Y he tenido que comer, a menudo en restaurantes que van desde bistrós de barrio a panteones internacionales. Las posibilidades y verdades filosóficas, así como nuestras respuestas semánticas a la palabra “mejor”, las dejaré a un lado. Si lo mejor es un concepto o una realidad inalcanzable, me complace compartir las noticias de las comidas que más disfruté, que más placer me dieron. Rara vez fueron en restaurantes de tres estrellas Michelin, pero también rara vez en lugares por debajo del nivel de una estrella, oficialmente galardonados o no. Mis “mejores” comidas reflejan mi gusto por la comida “de verdad” y el sabor intenso. Huyo de los lugares chi-chi donde el aspecto tiene que impresionar (gracias Instagram) y la cantidad de añadidos al plato (incluidos incluso platos “del chef”) y condimentos también que a menudo aplastan los ingredientes principales y lo que pensabas que estabas pidiendo. La mayoría de los lugares de los que he disfrutado tienen menús limitados y siempre cambiantes, lo que permite disfrutar de una comida única con los mejores y más frescos productos, a menudo locales. Las opciones opcionales de maridaje de vinos pueden ser una mejora gustativa, una experiencia deliciosa, y también ofrecen un alivio indoloro de unas cartas de vinos a menudo exóticas y en parte incomprensibles.
